UNIVERSIDAD REGIONAL AUTONOMA
DE LOS ANDES UNIANDES
NOMBRE: IRMA SILVA ANDINO
MATERIA: DERECHO FAMILIAR Y PATRIMONIAL.
DOCENTE: DR. SEBASTIÁN VALDIVIEZO GONZALES
TEMA: EL MATRIMONIO
PRIMERA ARTICULACIÓN DIDACTICA
ANTECEDENTES DEL MATRIMONIO
Históricamente el Matrimonio tiene por origen un contrato, el consentimiento familiar o sensual de la pareja humana, un acuerdo de voluntades o de los deseos de ambos contrayentes, es decir donde el hombre y la mujer establecen entre ellos una unión según la conceptualidad civilista y según la religión Es un Sacramento propio de legos, por el cual el hombre y la mujer se ligan perpetuamente con arreglo a las prescripciones de la iglesia.
Características generales
La forma tradicional de matrimonio es entre un hombre y una mujer, con la finalidad de constituir una familia. Esa definición ortodoxa ha sido cuestionada, de una parte, porque se ha otorgado reconocimiento a las uniones entre un hombre y una mujer con finalidades prácticamente idénticas al matrimonio, pero que adoptan formas y denominaciones distintas. Por otro lado, el desarrollo de nuevos modelos de familia (parejas no casadas con hijos, madres solteras) ha desvinculado la función reproductiva del matrimonio. Finalmente, en varios países y estados se ha producido una ampliación de derechos que ha dado reconocimiento al matrimonio entre personas del mismo sexo.
Celebración de un matrimonio.
En esos casos el matrimonio se realiza, generalmente, por la forma civil o de Estado, porque las normas de muchas religiones no permiten este tipo de uniones en su seno.
Con todo, en distintos tiempos y lugares se han reconocido otras variedades de matrimonio. En términos porcentuales, las sociedades que permiten la poligamia como variedad aceptada de matrimonio son más frecuentes que las que sólo permiten la monogamia. Sin embargo, la monogamia es la práctica más común incluso en las primeras.
El matrimonio se considera una institución importante porque contribuye a definir la estructura de la sociedad, al crear un lazo de parentesco entre personas (generalmente) no cercanas en línea de sangre (al respecto, recordemos que también hay comunidades en las que se acostumbra el matrimonio entre primos o entre parientes de distintos grados; véanse las entradas acerca de la endogamia y el incesto). Una de sus funciones ampliamente reconocidas es la procreación y socialización de los hijos (si bien no es absolutamente necesario casarse para tener hijos, ni todos los matrimonios heterosexuales los tienen), así como la de regular el nexo entre los individuos y la descendencia que resulta en el parentesco, rol social y estatus.
En las sociedades de influencia occidental suele distinguirse entre matrimonio religioso y matrimonio civil, siendo el primero una institución cultural derivada de los preceptos de una religión, y el segundo una forma jurídica que implica un reconocimiento y un conjunto de deberes y derechos legal y culturalmente definidos.
Matrimonio religioso
El matrimonio religioso se puede definir como una unión cuya estructura esencial viene exigida por los dogmas de la religión a la que pertenecen los contrayentes, y no por la naturaleza humana común para todo ser humano.
Matrimonio católico
Para la Iglesia católica, el matrimonio es una alianza por la que un hombre y una mujer constituyen una íntima comunidad de vida y de amor. Por su naturaleza está ordenada al bien de los cónyuges y a la generación y educación de los hijos. Entre bautizados, el matrimonio es, además, un sacramento. Por eso, un matrimonio de paganos que, al cabo de los años, recibiera el bautismo, no necesita repetir ningún rito o ceremonia: en el momento de recibirlo, su vínculo conyugal se convierte en sacramento.
Según la Iglesia Católica, el origen del matrimonio entre una pareja no es sólo cultural, sino que procede de la misma naturaleza humana en cuanto que (como dice el libro del Génesis (1-27), en la Biblia) al principio "Dios los creó hombre y mujer". El matrimonio sería, por tanto, una institución y no un producto cultural cuyas principales características -unidad, indisolubilidad y apertura a la vida- vendrían definidas por la propia naturaleza del concepto católico de amor entre hombre y mujer, que exige a los esposos o cónyuges amarse el uno al otro para siempre y que alcanza su mayor expresión en la procreación. Por eso, la Iglesia Católica se ha opuesto tradicionalmente al adulterio, la poligamia, el rechazo de la fecundidad y el divorcio. También, recientemente, se ha manifestado en contra tanto a las legislaciones que permiten las uniones entre personas del mismo sexo como a aquéllas que equiparan el estatus jurídico de dichas uniones al del matrimonio, porque entiende que «significaría no solamente aprobar un comportamiento desviado y convertirlo en un modelo para la sociedad actual, sino también ofuscar valores fundamentales que pertenecen al patrimonio común de la humanidad».
Para los católicos, el fundamento del matrimonio se encuentra en las siguientes palabras del Génesis:
"Creó Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó, y los creó varón y hembra. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer; y vendrán a ser los dos una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne".
MATRIMONIO ECLESIASTICO
El matrimonio eclesiástico es la unión indivisible, absoluta y definitiva en cuerpo y alma, de un hombre y una mujer cristiana que deciden voluntariamente juntar sus vidas por el amor que se profesan y en el nombre de Dios.
Este concepto es radical y especifico, no genera dudas, ni preguntas sueltas, es claro y perfilado, para aquellas personas que sin complicaciones escogen entregarse mutuamente en el irrestricto sentido de la incondicionalidad.
Lamentablemente solo un 8% de todos los matrimonios al cabo de 10 años siguen juntos y dispuesto a rendirse ante los místicos secretos, que envuelve un amor desinteresado y sincero, el otro 92% escogen separa sus vidas, divorciarse o atarse a otras personas.
Con el trascurrir de los años, nuevos estudios Bíblicos nos muestran a un Dios todopoderoso que a su vez es todo cariñoso, confiamos desde esa perspectiva en su infinita misericordia ante nuestras fallas humanas y nuestra pusilanimidad.
Estas mismas fallas, de las que no son excluidos nuestros hermanos sacerdotes católicos, o pastores evangélicos, han incrementado las dudas y desconfianza de la sociedad cristiana sobre las estructuras religiosas y por ende en la misma biblia.
El matrimonio eclesiástico entonces sufrió una metamorfosis, que lo llevo desde la vereda del amor, a la vereda del sueño y del estatus. Los novios no se casan más, pensando en la vocación y la entrega del uno por el otro, sino con las expectativas de lo que el uno puede conseguir del otro. La institución matrimonial se vuelve frágil y condicionada a deseos primarios y establecidos de ante mano en la mente de cada individuo. Es así, que una casa, un carro, los estudios, los niños, el trabajo, la economía, las fiestas, la sociedad, son una meta obligada a satisfacer o a satisfacer, el otro camino, la otra vía, es el método de prueba y error, es decir, me equivoque contigo, no eras lo que yo esperaba, no estás a mi altura, entre otras explicaciones superfluas.
El matrimonio no tiene por qué ser una obligación, lo demuestran los casos agrupados en esa pequeña muestra del 8% de parejas que duran y perduran ante las vicisitudes y problemas que se suscitan durante su vida como esposos, su guía, su respaldo, su fortaleza se desprende de la propia consideración de lo que para ellos es el amor, dicha consideración fue magníficamente representada, escrita y promulgada por el apóstol Pablo en la primera carta a los corintios, y que reza de la siguiente manera:
El amor es paciente, servicial y sin envidia. No quiere aparentar ni se hace el importante. No actúa con bajeza, ni busca su propio interés. El amor no se deja llevar por la ira, sino que olvida las ofensas y perdona. Nunca se alegra de algo injusto y siempre le agrada la verdad. El amor disculpa todo, todo lo cree.
Este concepto es radical y especifico, no genera dudas, ni preguntas sueltas, es claro y perfilado, para aquellas personas que sin complicaciones escogen entregarse mutuamente en el irrestricto sentido de la incondicionalidad.
Lamentablemente solo un 8% de todos los matrimonios al cabo de 10 años siguen juntos y dispuesto a rendirse ante los místicos secretos, que envuelve un amor desinteresado y sincero, el otro 92% escogen separa sus vidas, divorciarse o atarse a otras personas.
Con el trascurrir de los años, nuevos estudios Bíblicos nos muestran a un Dios todopoderoso que a su vez es todo cariñoso, confiamos desde esa perspectiva en su infinita misericordia ante nuestras fallas humanas y nuestra pusilanimidad.
Estas mismas fallas, de las que no son excluidos nuestros hermanos sacerdotes católicos, o pastores evangélicos, han incrementado las dudas y desconfianza de la sociedad cristiana sobre las estructuras religiosas y por ende en la misma biblia.
El matrimonio eclesiástico entonces sufrió una metamorfosis, que lo llevo desde la vereda del amor, a la vereda del sueño y del estatus. Los novios no se casan más, pensando en la vocación y la entrega del uno por el otro, sino con las expectativas de lo que el uno puede conseguir del otro. La institución matrimonial se vuelve frágil y condicionada a deseos primarios y establecidos de ante mano en la mente de cada individuo. Es así, que una casa, un carro, los estudios, los niños, el trabajo, la economía, las fiestas, la sociedad, son una meta obligada a satisfacer o a satisfacer, el otro camino, la otra vía, es el método de prueba y error, es decir, me equivoque contigo, no eras lo que yo esperaba, no estás a mi altura, entre otras explicaciones superfluas.
El matrimonio no tiene por qué ser una obligación, lo demuestran los casos agrupados en esa pequeña muestra del 8% de parejas que duran y perduran ante las vicisitudes y problemas que se suscitan durante su vida como esposos, su guía, su respaldo, su fortaleza se desprende de la propia consideración de lo que para ellos es el amor, dicha consideración fue magníficamente representada, escrita y promulgada por el apóstol Pablo en la primera carta a los corintios, y que reza de la siguiente manera:
El amor es paciente, servicial y sin envidia. No quiere aparentar ni se hace el importante. No actúa con bajeza, ni busca su propio interés. El amor no se deja llevar por la ira, sino que olvida las ofensas y perdona. Nunca se alegra de algo injusto y siempre le agrada la verdad. El amor disculpa todo, todo lo cree.
El matrimonio eclesiástico es entrega total, es la búsqueda de mi felicidad reflejada en la felicidad de mi esposa/o, es mi suavidad en el trato, mi comprensión de sus problemas, mis detalles para con ella/ el, es la confianza que tengo de transfórmame definidamente y para siempre, en la parte que le falta para vivir y viceversa, con tal deseo infranqueable, la pareja deja de ser dos, para volverse uno solo.
Por eso dejara el hombre (o la mujer) a su padre y a su madre para unirse con su esposa (esposo) y serán los dos uno solo. De manera que ya no son dos sino uno solo.
Por eso dejara el hombre (o la mujer) a su padre y a su madre para unirse con su esposa (esposo) y serán los dos uno solo. De manera que ya no son dos sino uno solo.
Matrimonio civil
El matrimonio civil es cuando se celebra ante el Jefe del registro civil legalmente con dos testigos mayores de edad y se deberá acreditar previamente que se reúnen los requisitos de capacidad exigidos legalmente.
Qué efectos tiene el matrimonio
Con el matrimonio surgen una serie de derechos y deberes entre los cónyuges, como son el deber de respetarse y ayudarse mutuamente y actuar en interés de la familia. El marido y la mujer van a ser iguales en derechos y deberes.
Los cónyuges están obligados a vivir juntos, guardarse fidelidad y socorrerse mutuamente. Igualmente esta unión tiene efectos económicos independientemente del régimen económico elegido por las partes, los bienes de los cónyuges están sujetos a satisfacer. Cualquiera de los cónyuges podrá realizar los actos encaminados a atender las necesidades ordinarias de la familia.
CONCEPTOS
El Matrimonio es un contrato solemne, por el cual un hombre y una mujer se unen con el fin de vivir juntos, procrear y auxiliarse mutuamente. la palabra matrimonio es de origen latino y deriva de la unión de matriz (madre) y monium (carga o gravamen) su significaciòn etimonològica da la idea, pues, de que las cargas más pesadas derivadas de la unión recaen sobre la madre.
El matrimonio es una institución social que crea un vínculo conyugal entre sus miembros. Este lazo es reconocido socialmente, ya sea por medio de disposiciones jurídicas o por la vía de los usos y costumbres. El matrimonio establece entre los cónyuges y en muchos casos también entre las familias de origen de éstos una serie de obligaciones y derechos que también son fijados por el derecho, que varían, dependiendo de cada sociedad. De igual manera, la unión matrimonial permite legitimar la filiación de los hijos procreados o adoptados de sus miembros, según las reglas del sistema de parentesco vigente
CARACTERISTICAS PRINCIPALES DEL MATRIMONIO
Base de la familia.
Clave de la perpetuidad de la especie
Célula de la organización social primitiva y causa evolución de los Estados.
La forma tradicional de matrimonio es entre un hombre y una mujer, con la finalidad de constituir una familia
REQUISITOS PARA LA EXISTENCIA DEL MATRIMONIO
Consentimiento necesario de los contrayentes.
Para que haya matrimonio se tiene que haber celebrado entre un hombre y una mujer (diversidad de sexos)
Tiene que haber manifestación de la voluntad (tiene que haber prestado su consentimiento)
Si falta cualquiera de estos requisitos no hay matrimonio, es inexistente.
Los menores de 18 años no podrán casarse sin el consentimiento expreso de ejerza la patria potestad.